Cómo Evaluar las Habilidades Duras y Blandas al Contratar

Introducción

Cuando contratas a un nuevo empleado, es importante encontrar a alguien que tenga las habilidades adecuadas para el trabajo. Pero, ¿qué significa eso exactamente? Contratar por habilidades duras significa contratar a alguien que ya tiene un conocimiento específico, como el uso de cierto software o la realización de ciertas tareas. Contratar por habilidades blandas significa contratar a alguien que sea capaz de aprender esas mismas cosas rápida y fácilmente, y que luego las utilice eficazmente con una supervisión mínima. Así, mientras que las habilidades duras son enseñables y pueden aprenderse en una entrevista, las habilidades blandas son rasgos de la personalidad, como la confianza y la capacidad de comunicación, que son más difíciles (aunque no imposibles) de evaluar durante un proceso de entrevista. En este post, encontrarás cómo puedes evaluar ambos tipos de habilidades durante tu próxima ronda de contratación.

Las habilidades duras son técnicas y enseñables

Las habilidades duras son las que son específicas y enseñables. Suelen ser técnicas -como los lenguajes de programación o las habilidades específicas del negocio, como las técnicas de venta-, pero no siempre tienen que serlo. Por ejemplo, un analista de datos que puede aplicar herramientas de análisis predictivo a los datos de ventas de una empresa para ayudar a predecir el comportamiento de los clientes está demostrando habilidades duras.

Las habilidades duras suelen aprenderse a través de la formación o la experiencia, así que si contratas a alguien con habilidades duras, querrás asegurarte de que puede ponerse al día rápidamente con tus sistemas y procesos.

Las habilidades duras suelen ser medibles: cuando preguntas a un candidato por su puesto de trabajo, sus años de experiencia y su último salario antes de abandonar tu empresa (si es el caso), esas cifras proporcionan alguna prueba de que la persona ha adquirido esas habilidades específicas.

Las habilidades blandas son rasgos de personalidad e interacción social

Las habilidades blandas son rasgos de personalidad e interacción social. Son importantes porque se pueden aprender, pero no todo el mundo puede ser bueno en ellas. Al igual que las habilidades duras, las habilidades blandas pueden aprenderse mediante la formación y la práctica, pero es más difícil enseñar a alguien cómo mejorar sus rasgos de personalidad o cómo manejar un conflicto en el trabajo.

Las habilidades blandas incluyen la comunicación, el liderazgo, la resolución de problemas y la flexibilidad (la capacidad de pasar de una tarea o función laboral a otra). Las personas con fuertes habilidades blandas tienden a trabajar bien en equipo porque saben cómo apoyar a sus compañeros o ayudarles a tener éxito trabajando juntos hacia un objetivo común, por lo que los directivos suelen buscar estas cualidades cuando contratan a nuevos empleados.

Contratar a la persona adecuada requiere que evalúes tanto las habilidades blandas como las duras

Al contratar a la persona adecuada, es importante evaluar tanto las habilidades duras como las blandas. Las habilidades duras son competencias técnicas que pueden enseñarse, como la codificación o el diseño gráfico. Las habilidades blandas son rasgos de la personalidad y la interacción social, cualidades que pueden aprenderse pero que no necesariamente se aprenden de la misma manera que las habilidades técnicas.

La mayoría de las empresas piden a sus candidatos que realicen entrevistas estándar en las que evalúan las habilidades del candidato con habilidades duras, como el desarrollo de software o el análisis de datos, pero en algún momento de tu proceso de contratación, deberías evaluar también si encajaría en la cultura de tu empresa evaluando sus habilidades blandas mediante técnicas de entrevista conductual.

Evalúa las habilidades duras mediante entrevistas estándar, y las habilidades blandas durante las entrevistas conductuales

Cuando evalúes las habilidades duras de tus candidatos a un puesto de trabajo, deberás realizar entrevistas estándar y observarlos en acción. Esto significa hacer preguntas que puedan responderse con un sí o un no, como por ejemplo

  • ¿Son capaces de realizar operaciones matemáticas básicas?
  • ¿Fueron capaces de completar su proyecto anterior a tiempo?
  • ¿Gestionan bien su tiempo?

También puedes hacer preguntas situacionales, que requieren cierta reflexión y explicación. Por ejemplo: "Cuéntame una ocasión en la que hayas tenido que trabajar con un compañero de trabajo o un cliente difícil. ¿Cómo manejaste la situación y cuál fue el resultado?"

Busca ejemplos de cómo los candidatos utilizaron sus habilidades duras y blandas en diferentes situaciones

Al contratar, busca ejemplos de cómo los candidatos utilizaron sus habilidades duras y blandas en diferentes situaciones. Haz preguntas abiertas que animen a los candidatos a explicar sus experiencias. Por ejemplo, puedes preguntar a un candidato si alguna vez ha tenido que trabajar con alguien con quien era difícil llevarse bien y qué hizo al respecto. O pregunta al candidato si tiene algún ejemplo de momentos en los que haya sido capaz de motivar a otros o de comunicarse eficazmente con personas ajenas a su departamento.

También es importante que busques ejemplos de cómo los candidatos utilizaron sus habilidades blandas en diferentes situaciones. Por ejemplo, digamos que estás entrevistando a alguien para un puesto de asistente administrativo: pregúntale cómo ha tratado a un cliente iracundo por teléfono o por qué prefiere el correo electrónico en lugar de los mensajes de texto cuando habla de asuntos de negocios; estas preguntas ayudarán a revelar más información sobre lo bien que encajará esta persona en la cultura de tu oficina.

Haz preguntas abiertas que animen a los candidatos a explicar sus experiencias

Cuando entrevistes a los candidatos, es importante hacer preguntas que les animen a explicar sus experiencias. Si haces preguntas de tipo "sí" o "no", tus candidatos no tendrán mucho espacio para la elaboración. En su lugar, intenta hacer preguntas abiertas sobre su experiencia y sobre cómo manejarían situaciones futuras. Por ejemplo:

  • "Cuéntame alguna vez en la que hayas tenido una idea en la cabeza, pero no hayas podido llevarla a cabo por falta de recursos o por una mala gestión de los mismos".
  • "¿Cómo aplicarías las habilidades de un proyecto con otro proyecto si ambos proyectos requirieran esas mismas habilidades?"
  • "Descríbeme la mejor manera de ponerme en contacto si necesito ayuda con [algo]".

Hay otras formas de evaluar las habilidades blandas, como las evaluaciones y los tests de personalidad

Hay otras formas de evaluar las habilidades interpersonales, como las evaluaciones y los tests de personalidad. Las evaluaciones están diseñadas para medir el grado en que un candidato posee una habilidad concreta. Por ejemplo, si estás contratando para un puesto de asistente administrativo y tu candidato ideal tiene una buena capacidad de organización, podrías utilizar una evaluación de bajo nivel para determinar si los candidatos tienen o no esa habilidad concreta.

Los tests de personalidad también pueden ser útiles para evaluar las habilidades blandas; a menudo se utilizan como parte de las herramientas de elaboración de perfiles de personalidad. Estas pruebas miden el temperamento de alguien basándose en sus respuestas a preguntas sobre cómo se comportaría en determinadas situaciones (por ejemplo, "¿Cómo reaccionarías si tu jefe te pidiera que trabajaras horas extras?"). Si un candidato responde con afirmaciones como "les diría dónde pueden encontrar la puerta", se puede decir que esa persona no es capaz de aceptar instrucciones ni de seguirlas con atención, dos componentes fundamentales para desempeñarse bien en un puesto de asistente administrativo.

Es importante que te tomes el tiempo necesario para buscar las habilidades blandas y duras adecuadas durante el proceso de contratación

No sólo buscas a alguien que esté cualificado. Tienes que encontrar a la persona adecuada para el trabajo.

Tanto si contratas a un autónomo como a un empleado, tu elección hará que tu negocio se convierta en un éxito o en un fracaso. Contratar a la persona equivocada puede costarte mucho dinero en términos de tiempo y recursos desperdiciados en su formación el primer día, por no hablar de lo mucho más caro que resulta si no funciona a largo plazo. Además, contratar a empleados no cualificados puede impedir que tu empresa alcance todo su potencial, ya que no serán capaces de hacer el trabajo para el que fueron contratados con la suficiente eficacia o eficiencia como para que no lo noten los clientes.

Por otro lado, contratar a alguien que posea habilidades duras y blandas que se ajusten a lo que se necesita para su función en el trabajo podría ahorrarte dinero de varias maneras:

  • No necesitarán tanta formación.
  • Entenderán mejor el trabajo y podrán trabajar con más eficacia.
  • Podrán hacer más de una tarea a la vez sin tener que pedir ayuda (lo que ahorra tiempo).

Conclusión

Es importante tomarse el tiempo necesario para buscar las habilidades blandas y duras adecuadas durante el proceso de contratación. No puedes contratar a alguien simplemente porque tenga una o dos habilidades relevantes para tu puesto. El candidato tiene que demostrar también que sabe aplicar sus conocimientos en diferentes situaciones e interactuar con otras personas de forma eficaz. Utilizar este enfoque te ayudará a contratar mejores empleados que permanecerán en tu empresa durante más tiempo gracias a sus relaciones laborales positivas con los demás.

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